viernes, 1 de diciembre de 2017

JUECES. CAPÍTULO 3.

31Lista de las naciones que dejó el Señor para tentar a los israelitas que no habían conocido las guerras de Canaán 2(sólo para enseñar la estrategia militar a las nuevas generaciones de los israelitas sin experiencia de la guerra): 3los cinco principados filisteos, todos los cananeos, fenicios e hititas que habitaban el Líbano, desde la cordillera de Baal Hermón hasta el Paso de Jamat. 4Estas naciones sirvieron para tentar a Israel, a ver si obedecía las órdenes del Señor, promulgadas a sus padres por medio de Moisés.
5Así, pues, los israelitas vivieron en medio de cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos. 6Tomaron sus hijas por esposas, les entregaron las suyas en matrimonio y dieron culto a sus dioses.

Otoniel

7Los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba: se olvidaron del Señor, su Dios, y dieron culto a Baal y Astarté. 8Entonces el Señor se encolerizó contra Israel y los vendió a Cusán Risatain, rey de Aram Naharaym*. Los israelitas le estuvieron sometidos ocho años. 9Pero gritaron al Señor, y el Señor hizo surgir un salvador que los salvara: Otoniel, hijo de Quenaz, pariente de Caleb, más joven que él. 10Vino sobre el espíritu del Señor, goberno a Israel y salió a luchar; el Señor puso en sus manos a Cusán Risatain, rey de Aram Naharaym, y Otoniel se le impuso. 11El país estuvo en paz cuarenta años. Y murió Otoniel, hijo de Quenaz.

Ehud

12Los israelitas volvieron a hacer lo que el Señor reprueba. Entonces el Señor fortaleció contra Israel a Eglón, rey de Moab, porque hacían lo que el Señor reprueba.
13Eglón se alió con los amonitas y amalecitas, y fue y derrotó a Israel, conquistando la ciudad de Temarim*. 14Los israelitas estuvieron dieciocho años sometidos a Eglón, rey de Moab. 15Pero gritaron al Señor, y el Señor hizo surgir un salvador: Ehud, hijo de Guerá, benjaminita, impedido de la mano derecha;  por su mano enviaron los israelitas el tributo a Eglón, rey de Moab.
16Ehud se había hecho un puñal con hoja de doble filo, de un palmo de largo, y se lo ciñó bajo el manto, junto al muslo derecho. 17Presentó el tributo a Eglón, rey de Moab, que era gordísimo, 18y al acabar de presentar el tributo se marchó con el séquito que lo había llevado. 19Pero él se volvió desde Happesilim*, que está junto a Guilgal, y le dijo a Eglón:
-¡Majestad! Tengo que comunicaros un mensaje secreto.
Eglón ordenó:
-¡Silencio!
Y salieron de su presencia todos los cortesanos.
20Entonces Ehud se acercó al rey, que estaba sentado en su galería privada de verano, y le dijo:
-Tengo que comunicaros un oráculo divino.
21Eglón se incorporó en el trono, y Ehud echó la mano izquierda al puñal, junto al muslo derecho, lo agarró y se lo metió a Eglón en la barriga: 22el mango entró tras la hoja y la grasa se cerró sobre ella, porque Ehud no sacó el puñal del vientre. 23Luego escapó por la puerta trasera, salió al pórtico y dejó bien trancadas las puertas de la galería. 24Mientras él salía, los criados entraban; miran, y se encuentran atrancadas las puertas de la galería. Comentaron:
-Seguro que está haciendo sus necesidades en la habitación de verano.
25Esperaron un rato, hasta el aburrimiento; pero como nadie abría las puertas de la galería, agarraron la llave, abrieron y miraron: su señor yacía en el suelo muerto. 26Mientras ellos habían estado esperando, Ehud pudo escapar hasta Happesilim y se refugió en Seír.
27En cuanto llegó, tocó a rebato en la serranía de Efraín. Los israelitas bajaron de los montes, con él al frente. 28Ehud los arengó:
-¡Seguidme!, que el Señor ha puesto en vuestro poder a Moab, vuestro enemigo.
Bajaron tras él y ocuparon los vados del Jordán, cortando el paso a Moab; no dejaron pasar ni a uno. 29En aquella ocasión derrotaron a unos diez mil moabitas, todos gente de armas; no escapó ni uno. 30Aquel día Moab quedó sujeto bajo la mano de Israel. Y el país estuvo en paz ochenta años.

Sangar

31 A Ehud le sucedió Sangar, hijo de Anat. Con una aguijada de bueyes mató a trescientos filisteos y así también él salvó a Israel.

Explicación.

3,3 Los filisteos aparecen en el libro de Josué sólo en 13,2-3: en la sección del reparto, no en las batallas.
3,5-6 Véanse Ex 34,16; Dt 7,3.

3,7-13 Esperamos que comiencen las narraciones, y nos encontramos con una especie de pantomima estilizada. Exceptuando dos nombres y una fecha, la supuesta narración no es más que el desfile de fórmulas que ya conocemos; esta vez todas, en perfecto orden, sin faltar ninguna. Parece como si el autor quisiera hacernos aprender de memoria el esquema.

3,8 * = Siria Entrerríos. 

3,9 A Otoniel el quenazita ya lo conocemos, y su presencia aquí es por lo menos sospechosa. Imposible de identificar al rey extranjero: su apellido o apodo significa "maldad" (remato, recanalla), suena a deformación satírica. Su reino cae en la regió de Mesopotamia (Entrerríos), que habitan tribus arameas.

3,10 Fuera de las fórmulas se menciona por primera vez la acción del espíritu, que moverá a Gedeón, Jefté y Sansón, y dará pie para la denominación de jefes carismáticos.

3,11-31 Ehud. Podemos distinguir fácilmente las fórmulas del marco, la narración del hecho, su extensión a todo Israel. Es un relato minúsculo y magistral. Los protagonistas: Ehud (con nombre de majestad o esplendor) y Eglón (con nombre de becerro); Ehud impedido de la mano derecha, Eglón gordísimo.

3,13 * = Las Palmas.

3,15 El tema de la mano: benjaminita significa en rigor meridional, pero en hebreo se presta a un juego de palabras, porque el sur es la derecha (se orientan mirando al oriente); es decir, era un "miembro de la diestra" con la mano diestra impedida. Por su mano ("por su medio" anularía el juego) envían un tributo, veremos cuál, cuando su mano actúe.

3,16 El puñal se lleva lógicamente a la izquierda; allí lo buscan los que cachean.

3,19 Quizá se tratase de grandes estatuas que denominaban la localidad. Como Moab queda en Transjordania, Ehud vuelve con su séquito hasta una localidad israelítica. Moab ocupaba las dos orillas del río. * = Los Ídolos. Hab 2,20.

3,20-22 El asesinato está descrito en una serie rápida de momentos, marcados en el original con rimas y aliteraciones. Hay que fijarse en esa mano certera. El tono de la crueldad burlesca. Ehud anunciaba un oráculo de Dios, evitando el nombre de Yahvé. Se cierra la grasa, se cierra la puerta, se guarda el secreto.

3,23-25 La simultaneidad del salir y el entrar subrayan lo ridículo de la escena. El descubrimiento está puntuado en el original con tres partículas "he aquí" (hinne): las puertas cerradas, nadie abre, el señor caído.

3,27 El mismo verbo hebreo se usa para meter la espada y tocar la trompa. Con este recurso se enlaza lo que sigue, una ampliación del hecho a otra tribu, con consecuencias para todo Israel.

3,28 Jue 7,24s.

3,31 El nombre de Sangar no parece israelita. Anat es el nombre de una diosa cananea. Su hazaña se parece a la de Sansón, con la quijada, y las de Samá, soldado de David (2 Sm 23,11). Mientras los filisteos disponían de armas de hierro, Sangar se vale de una aguijada, probablemente rematada en punta metálica. El personaje reaparece en el canto de Débora.

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