viernes, 1 de diciembre de 2017

JUECES. CAPÍTULO 2.

Liturgia penitencial (1 Sm 12)

21El ángel del Señor subió de Guilgal a Betel y dijo:
-Yo os saqué de Egipto y os traje al país que prometí con juramento a vuestros padres: <<Jamás quebrantaré mi pacto con vosotros, 2a condición de que vosotros no pactéis con la gente de este país y de que destruyáis sus altares>>. Pero no me habéis obedecido. ¿Qué es lo que habéis hecho? 3Por eso os digo: <<No los expulsaré ante vosotros, serán enemigos vuestros, sus dioses serán vuestra tentación>>.
4Cuando el ángel del Señor terminó de hablar contra los israelitas, el pueblo se echó a llorar a gritos 5-por eso llamaron a aquel sitio Boquim*-. Luego ofrecieron sacrificios al Señor.
6Josué despidió al pueblo y los israelitas marcharon cada cual a tomar posesión de su territorio.
7Mientras vivió Josué y los ancianos que le sobrevivieron y que habían visto las hazañas del Señor a favor de Israel, los israelitas sirvieron al Señor. 8Pero murió Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, a la edad de ciento diez años, 9y lo enterraron en el término de su heredad, en Timná Séraj, en la serranía de Efraín, al norte del monte Gaas. 10Toda aquella generación fue también a reunirse con sus padres, y le siguió otra generación que no conocía al Señor ni lo que había hecho por Israel.

Gran Introducción


11Los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba: dieron culto a los ídolos, 12abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto, y se fueron tras otros dioses, dioses de las naciones vecinas, y los adoraron, irritando al Señor. 13Abandonaron al Señor y dieron culto a Baal y a Astarté.
14El Señor se encolerizó contra Israel: los entregó a bandas de saqueadores, que los saqueaban; los vendió a los enemigos de alrededor, y los israelitas no podían resistirles. 15En todo lo que emprendían, la mano del Señor se les ponía en contra, exactamente como él les había dicho y jurado, llegando así a una situación desesperada.
16Entonces el Señor hacía surgir jueces, que los libraban de las bandas de salteadores; 17pero ni a los jueces hacían caso, sino que se prostituían con otros dioses, dándoles culto, desviándose muy pronto de la senda por donde habían caminado sus padres, obedientes al Señor. No hacían como ellos.
18Cuando el Señor hacía surgir jueces, el Señor estaba con el juez, y mientras vivía el juez, los salvaba de sus enemigos, porque le daba lástima oírlos gemir bajo la tiranía de sus opresores. 19Pero en cuanto moría el juez, recaían y se portaban peor que sus padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles adoración; no se apartaban de sus maldades ni de su conducta obstinada.
20El Señor se encolerizó contra Israel y dijo:
-Ya que este pueblo ha violado mi pacto, el que yo estipulé con sus padres, y no han querido obedecerme, 21tampoco yo seguiré quitándole de delante a ninguna de las naciones que Josué dejó al morir; 22tentaré con ellas a Israel, a ver si siguen o no el camino del Señor, a ver si caminan por él como sus padres.
23Por eso dejó el Señor aquellas naciones, sin expulsarlas en seguida, y no se las entregó a Josué.

Explicación.

2,1-5 Nos ofrecen una liturgia penitencial condensada. Seguirán otras en el libro: 6,8-10 y 10,11-16. La presente parece querer explicar el fracaso en los intentos de desalojar la población cananea; coloca los sucesos precedentes bajo el signo del castigo, del luto (cfr. Ex 33,1-6).
El ángel del Señor es una manifestación divina, por la cual habla el Señor en primera persona (cfr. cap. 6 y 13). Su discurso es más bien una minuta, que nos permite reconocer el esquema del género. El Señor se presenta a juicio como parte ofendida. En la denuncia menciona el beneficio inicial, los compromisos de la alianza, la infracción. Sigue la sentencia, que responde al delito.

"Enemigos" es enmienda del hebreo, que dice "costados": ¿aludiendo a Nm 33,55 o Jos 23,13? En lugar de la paz pretendida el castigo introduce una situación ambigua de tentación y hostilidad: los dioses cananeos atraen, las armas rechazan. A lo largo del libro retornará alternativamente esta duplicidad.

El pueblo responde con el llanto del arrepentimiento y con sacrificios, que podrían ser expiatorios.

2,5 * = El llanto.

2,6-9 Con alguna variante, repiten el final, Jos 24,28-31. Sirven para empalmar y continuar.

2,7 Jos 24,28-31.

2,10 Con este verso pasa el autor a la próxima etapa. Es artificial trazar una línea tan clara de separación de generaciones (pero véase Nm 14 y los esfuerzos de Moisés en Dt 29,13-14). Además hay que contar con el principio de la tradición. Es una noticia simplificada, de intención teológica.

El marco y los relatos. Antes de los relatos individuales, una visión teológica de conjunto, compuesta de frases idénticas o semejantes o de motivos con variación de fórmulas. Un cuadro esquemático aclarará más que muchas explicaciones:

a) pecado: de ordinario repetido
b) al Señor: lo abandonan, irritan, desobedecen
c) a otros dioses: los siguen, les dan culto
d) castigo: ira, entrega, vende, somete a otros
e) súplica:
f) un salvador: lugar del relato
g) victoria
h) paz por X años

a) 2,11                  3,7             3,12                   4,1                6,1                 10,6            13,1
b) 2,11    2,17       3,7                                                            6,10               10,6
c) 2,11    2,19       3,7                                                                                  10,6
d) 2,14   2,21       3,8              3,12                  4,2                 6,1                 10,7            13,1
e) 2,16                 3,9              3,15                  4,3                 6,6                 10,10
f) 2,18                  3,9              3,15
g) 3,10                3,30             4,23                                        8,28               11,33
h) 3,11                3,30                                      5,31               8,28

Pecado y castigo tienden a ir juntos al comienzo, victoria y paz al final, la súplica se puede retrasar. Las fórmulas componen un marco que queda fuera de la narración, sin modificarla, pero interpretándola. En términos narrativos el libro es variado y ameno, en términos teológicos el libro es regular y monótono.

La repetición del esquema da la impresión de movimiento circular: ¿no contradice la visión cíclica el proceso lineal de la historia? ¿Se extrae realmente el esquema de los sucesos, o es fabricación superpuesta? La tensión entre marco y narraciones es innegable. El autor ha respetado los relatos y sus personajes, aunque su historia no encajase perfectamente en el molde previsto; porque no ha pretendido predicarnos una idea, sino enseñarnos a meditar sobre unos sucesos. Nos enseña que Dios realiza su plan respetando el juego de las libertades humanas; por eso el autor respetó los relatos tradicionales.

Pero ¿qué decir de la forma cíclica del esquema?, ¿no es un girar sin sentido? No lo es, ya que enuncian un sentido, una dirección teológica. Además la repetición ordenada de constantes no turba el carácter lineal del acontecer.

Finalmente, Dios puede romper el círculo, como veremos. El libro no es una historia edificante ni una historia de tesis.

2,11-3,6 Hasta el v. 19 o el 21 propone el autor el esquema desnudo, de fórmulas sin datos concretos; después añade algunas motivaciones y consecuencias. Es como una gran obertura que expone los temas o leitmotiv en su encadenamiento.

Es el esquema expuesto más arriba, con tres peculiaridades significativas. Primera, falta el clamor del pueblo, y así, el paso del castigo a la gracia no sucede como respuesta, sino por pura iniciativa de Dios. Segunda, la liberación desemboca inmediatamente en nuevo pecado y castigo, apuntando así la circularidad. Tercera, una vez apuntado el círculo, el texto se sale de él y se explaya en otras explicaciones menos esquemáticas.

2,11-13 El pecado es de idolatría. Los títulos del Señor agravan la culpa. En el centro el tema dominante de los pueblos cananeos con sus dioses.

2,11  2 Re 17,7.

2,12  2 Re 17,12.

2,14-15 Castigo. Ira es la reacción personal del Señor y sus sentencia. Entregar equivale a invertir los factores de la guerra santa. Vender sugiere la esclavitud. Las iniciativas de Israel, sobre todo las bélicas, fracasan. El castigo estaba previsto en las maldiciones de la alianza.

2,14 Dt 28,25.32.

2,16 Liberación: la situación desesperada moviliza la iniciativa del Señor: Israel, caído en esclavitud, sigue siendo su pueblo.

2,17 Nuevo pecado: se cierra el círculo y recomienza. El primer verso es un enunciado general que los dos siguientes matizan o corrigen. El juez, terminada la liberación, tenía que instaurar una era de fidelidad al Señor, según el modelo de la generación de la alianza en el desierto; por el contrario, el pueblo desobedece y comete adulterio con dioses extraños.

2,18-19 Desdoblan el proceso en dos etapas: en vida del juez y a su muerte. El "gemido" equivale a una súplica (Ex 2,24; 6,5). La muerte del juez es como la de Josué.

2,20-21 Castigo. Se repite el segundo tiempo. El castigo está formulado como sentencia judicial: denuncia del delito, anuncio de la pena. Recoge los temas de la alianza, de los padres que pactaron, de la desobediencia. Así volvemos a la situación en que se encontraba el pueblo a la muerte de Josué, como si la historia no progresara. A partir de ahí salimos del movimiento circular.

2,22-3,6 El Señor había prometido entregar la entera tierra de Canaán a Israel, conducido por Josué. Frente a esa promesa se impone el hecho: en Canaán subsisten otros pueblos en paz o en guerra con Israel. ¿Cómo resolver la contradicción? Una primera respuesta ha sido el pecado del pueblo. La nueva respuesta dice: Dios ha dejado esos pueblos para castigar los pecados, para entrenar al pueblo, para ponerlo a prueba.

Acumula razones, como si una no bastara. ¿Convencen o dejan dudas? Si Dios hubiera acabado con los enemigos, no necesitaría entrenarlos para la guerra; y para probar al pueblo, ¿no bastaba la nueva situación de vida sedentaria? (cfr. Dt 8). El autor ve una convergencia de tres razones, que propone bajo el triple epígrafe de la tentación o la prueba.



No hay comentarios:

Publicar un comentario