viernes, 1 de diciembre de 2017

JUECES. CAPÍTULO 15.

151Algún tiempo después, cuando la siega del trigo, fue Sansón a visitar a su mujer, y le llevaba un cabrito. Pensó:
-Voy a llegarme a mi mujer, en la alcoba.
2Pero su suegro no le dejó entrar, diciendo:
-Yo estaba seguro de que la habías aborrecido, por eso se la di a uno de tus compañeros. Pero su hermana la pequeña es más guapa, acéptala en vez de la otra.
3Sansón replicó:
-Esta vez soy inocente del daño que voy a hacer a los filisteos.
4Fue y atrapó trescientas zorras; preparó teas, ató las zorras rabo con rabo, con una tea entre los dos rabos, 5prendió fuego a las teas y soltó las zorras por las mieses de los filisteos, incendiando los haces, la mies sin segar e incluso viñas y olivares.
6Los filisteos preguntaron:
-¿Quién ha sido?
Les respondieron:
-Sansón, el yerno del timnita, porque le quitó su mujer y se la dio a un compañero.
Entonces subieron los filisteos y prendieron fuego a la mujer y a la casa de su padre. 7Sansón les dijo:
-Por haber hecho eso, no pararé hasta haberme vengado de vosotros.
8Y les sacudió una paliza.
Luego se fue a vivir en la cueva del Sela Etam*.
9Los filisteos fueron y acamparon contra Judá, haciendo incursiones por la zona de Leijí*. 10Judá protestó:
-¿A qué habéis venido contra nosotros?
Los filisteos contestaron:
-Venimos a capturar a Sansón para devolverle lo que nos hizo.
11Entonces bajaron tres mil judíos a la cueva de Sela Etam y dijeron a Sansón:
-Pero, ¿no sabes que estamos bajo el dominio filisteo? ¿Por qué nos has hecho esto?
Les respondió.
Les he pagado con la misma moneda.
12Insistieron:
-Pues hemos venido para apresarte y entregarte a los filisteos.
Sansón les dijo:
-Juradme que no me materéis.
13 Le juraron:
-Sólo queremos apresarte y entregarte, no pretendemos matarte.
Entonces lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la peña.
14Cuando llegó a Lehi, los filisteos salieron a recibirlo con gran algazara; pero lo invadió el espíritu del Señor, y las sogas de sus brazos fueron como mecha que se quema, y las ataduras de sus manos se deshicieron. 15Entonces encontró una quijada de asno reciente, le echó mano, la empuñó y con ella mató a mil hombres. 16Después cantó:
<<Con la quijada de un burro,
zurra que zurro,
con la quijada de un burro
maté a mil hombres>>.
17Al terminar, tiró la quijada y llamó a aquel sitio <<Ramat Lejí*>>. 18Pero sentía una sed enorme y gritó al Señor.
-Tú me has concedido esta gran victoria, ¡y ahora voy a morir de sed y a caer en manos de esos incircuncisos!
19Entonces Dios abrió el pilón que hay el Lehi y brotó agua. Sansón bebió, recuperó las fuerzas y revivió. Por eso a la fuente de Lehi se la llama hasta hoy En Haqqoré*.
20 Sansón gobernó a Israel durante la dominación filistea veinte años.

Explicación.

15 Este relato esta bien soldado con el anterior, por continuacón y semejanza. Pero la narración se ensancha por la dialéctica de la venganza. Los danitas son una tribu pequeña que separa a filisteos de judios, como la Sefela separa la plana marítima de la montaña central; hasta ahora Sansón había operado dejando a sus espaldas la cadena montañosa donde reside la tribu grande de Judá, ahora se enciende la rivalidad, propagada por el fuego de Sansón. La tribu de Judá reconoce al parecer un señorío moderado de los filisteos, quizá enviando algún tributo pacífico, evitando motivos o pretextos de irritación. Pues los filisteos están mejor armados, mejor organizados y pueden apetecer una expansión hacia occidente.

En el proceso Sansón va creciendo en fuerza y en soledad. Se retiran de la escena sus padres, no lo acompañan los de su tribu, lo persiguen los de Judá; en torno a él se mueven grupos anónimos, sólo él tiene un nombre. Los enemigos de ayer parecen reconciliados contra él. Sansón es un cazador de raposas, que despacha como su ejército personal, y se retira de donde habitan los buitres. Le niegan su mujer y en la venganza se la matan. Su arma será un hueso de animal, y para beber tendrá que gritar al Señor, cuyo espíritu lo agita. ¡Qué diverso de los otros héroes, Barac o Gedeón!

15,1 Desde las alturas de la Sefela Sansón puede contemplar un paisaje escalonado de olivares, viñedos y extensos campos de mieses en la Plana. Se le ha pasado la cólera, siente la querencia de aquella muchacha filistea que todavía considera esposa suya.

15,5 Ex 22,5.

15,8a La expresión hebrea podría significar una llave en la pelea; pero el autor no parece pensar en desafíos cuerpo a cuerpo. A la letra suena "pierna sobre muslo".

15,8 * = Peñalbuitre.

15,9 * = Loma de la Quijada. Este nombre debe quizá su nombre al perfil que ofrece vista desde determinado sitio.

15,11 Los danitas que cuentan esta historia sienten quizá animosidad contra la tribu de Judá, que no los ayudó en sus momentos difíciles. ¿No hubiera sido mejor enviar los tres mil hombres contra el enemigo común, el filisteo? El narrador no tiene miedo a los números; una batida de tres mil contra uno.

15,13 En las sogas suena un motivo que será central en el capítulo siguiente.

15,17 * = Alto de la Quijada.

15,19 * = Fuente de la Perdiz, con toda probabilidad. El narrador adapta la toponimia a su intección narrativa, así el lugar recordará la hazaña de Sansón.

15,20 La fórmula tiene valor conclusivo en los diversos episodios del libro, el número veinte (mitad de cuarenta) es convencional. Responde a una tradición que no conocía la muerte heroica de Sansón, o a un autor que la consideró ignominiosa y la censuró.

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